26 septiembre 2013

Baden Powell | Es hora de partir...


   Fue un día como el de hoy en el año 2000, que Baden Powell de Aquino tocó su último acorde vital...!
El músico era diabético y a finales del mes de Agosto fue llevado a la Clínica Sorocaba, sita en el barrio de Botafogo en la ciudad de Rio de Janeiro, aquejado de una pneumonia bacteriana de carácter grave, por lo que quedó internado.
A la pneumonia inicial se unieron otras afecciones generalizadas.
Baden Powell no superó el severo tratamiento intensivo, y murió un día como hoy, 26 de Septiembre.

   Desde siempre, me apasionó la originalidad y el modo de tocar el violão de este genial músico y compositor nacido en Varre-e-Sai, una pequeña y desconocida localidad del Estado de Rio de Janeiro (RJ), Brasil.

   Y fue un 19 de Julio de 1996, cuando vi "ao vivo" tocar por última vez a uno de los iconos de la música brasileña de todos los tiempos.
Concretamente este Concierto tuvo lugar en el Cuartel del Conde Duque de Madrid, formando parte del programa oficial de "Los Veranos de la Villa".
El destino quiso que aquel guitarrista que históricamente fue el primer músico brasileño en mostrarnos "en vivo y en directo" la Música do Brasil en España, volviera 15 años después a tocar físicamente en el mismo lugar.




   Al contrario que en el año 1981, en esta nueva oportunidad, Baden Powell se presentó acompañado de una banda de músicos de circunstancias, entre los que se encontraban sus dos hijos. Marcel (violão) y Philippe Powell (piano) de 14 y 18 años de edad respectivamente.
La calidad musical del Concierto fue "mediocre". Era evidente que el principal objetivo del mismo era presentar en el Circuito Internacional a sus dos futuras promesas. Una apuesta siempre arriesgada en estos casos.
El repertorio, clásico y conciso, realizando un bonito y esperado recorrido por las composiciones más emblemáticas del artista.
Recuerdo que prácticamente en todos los temas, la totalidad del grupo de músicos , por inexperiencia o por falta de sintonia con el artista, se aceleraba dentro del ritmo general, contagiado en parte por la aparente secuencia frenética de los acordes del violão principal.
Baden Powell, sin éxito, intentaba ralentizar y sincronizar los complicados compases y armonías, pidiendo al grupo atención con un sufrido y claro: "Balanço, balanço, balanço".

   Acabó el Concierto, y me propuse agradecer personalmente (si eso fuera posible) a Baden Powell por toda esa música fantástica que desde mi juventud, siempre me ha acompañado.

   La entrada al backstage que daba acceso a los camerinos, estaba llena de gente y con control de visitas. Por ahí imposible...!
Esperé a que disminuyera la afluencia de admiradores y medios, y ante la imposibilidad de entrar vía invitación y/o recomendación (imprescindible en estos casos), busqué por el interior del Centro Cultural del Cuartel del Conde Duque, una entrada o pasillo que comunicara con la zona posterior lateral donde estaban los camerinos. Como asiduo visitante a las exposiciones de arte del Centro Cultural, no me fue difícil. Llegué hasta un largo corredor, con un vigilante sentado al fondo.
Hasta aquí hemos llegado (pensé...).
Sin dudarlo un instante, pasé al lado del seguridad, y con un frío "Boa noite", continué caminando con seguridad y sin mirar hacia atrás. Estaba dentro, no me lo creía ni yo...rsrsrsrs
Llegué hasta una especie de hall donde estaban algunos de los músicos hablando entre sí.
Enfrente de mí, vi una puerta con una cuartilla blanca clavada con una chincheta que tenía un nombre escrito: Baden Powell.
Nervioso por lo inusitado del momento, toqué a la puerta.
Entra...! Contestaron desde el interior.
Abrí despacio la puerta, el camerino estaba vacío a excepción de un hombre  de espaldas a la puerta, sentado en una de aquellas sillas de tela tipo director de cine.
Estaba en actitud de relajación máxima con la cabeza reclinada hacia atrás, casi suspendida...
Era evidente el intenso cansancio y agotamiento del artista.

   Llegué hasta él y rodeándole le pregunté: Puedo hablar con usted Maestro...?
Baden Powell, abrió los ojos, se incorporó caminando hacia una mesa mesa lateral para beber un vaso de agua.


   Intentando ser coherente, ante lo surrealismo de la escena, le dije: Maestro, sólo quería brevemente agradecerle de corazón toda su música. Usted me ha hecho y me sigue haciendo muy feliz.
También quería decirle que aquel Concierto que usted realizó precisamente aquí hace 15 años, fue una de esas cosas que jamás se olvidan.
Aquellas palabras que usted tuvo para la juventud de Madrid en aquel preciso momento histórico en relación a la recién inaugurada democracia española, forman parte de esos registros sonoros inolvidables de la vida...!

   También le comenté la emoción y el gran aplauso general cuando él cantó "Samba em Preludio", dedicando aquella canción a su gran amigo y compañero Vinícius de Moraes, fallecido sólo unos meses antes en Rio de Janeiro.

El artista, me miraba atentamente y me dijo con sorpresa: Yo toqué aquí...?
Sí. En un programa oficial de "Los Veranos de la Villa", muy similar al de hoy, sólo que en aquella ocasión, usted se presentó sólo con su violão.

Gritando, llamó a su Manager, que acudió al momento.
Baden Powell le recriminó delante de mí, la falta de atención y la oportunidad perdida por no haberle informado aquella circunstancia.
Una pena, una pena, se lamentaba... / Cómo me hubiera gustado haber podido recordar aquí hoy con vosotros aquellos momentos. Una pena...!

En el post titulado: Baden Powell | Primer Concierto de MPB en España, se describe con todo detalle el ambiente de aquel primer y mítico concierto, acompañando el texto con fotos exclusivas.

- BP: Quieres tomar algo....? Me preguntó.
- CA: No gracias.
- BP: Te ha gustado el Concierto...?
- CA: Bueno Maestro, su nivel musical personal es infinito, pero creo sinceramente que sus armonías no combinan bien con su grupo de músicos "amateurs" que hoy le acompañaban.
- BP: Tienes razón, asentía riendo...
- CA: Usted ya no tiene que demostrar nada a nadie Maestro, su música está en las manos y en los corazones de miles de guitarristas y músicos de todo el Mundo. Su música es eterna.
- BP: Cómo te llamas...?
- CA: Carlos Anglada.
- BP: Gracias Carlos. En estos momentos, es muy importante para mí escuchar lo que acabas de decir, puedes creer lo que te digo.


Y allí estaba yo, hablando de tú a tú con uno de mis ídolos. Una de mis estrellas guía.
Le pregunté si me podía firmar la entrada, como símbolo del encuentro.
- BP: Claro...! Tienes algún apodo...?
- CA: Sí, mi familia y mis amigos me llaman Queco.
- BP: Queco con K, con Q, cómo se escribe, con qué...?
- CA: Con Q...
- BP: No te entiendo, escribe tu nombre en el mantel.
- CA: En el mantel de la mesa...? Es de tela...
- BP: No importa, escribe...
- CA: Q u e c o , escribí claramente. 

Para el Queco con placer Baden Powell | 19.07.1996

- CA: Gracias Maestro, ha sido muy emocionante para mí, poder conocerle personalmente, le deseo todo lo mejor, y hasta la vista...!
- BP: El placer ha sido todo mío. Gracias Carlos...!
Nos despedimos mirándonos a los ojos, con un fuerte apretón de manos.
Caminé hasta la puerta, girándome al salir, con un leve gesto de mi mano levantando el dedo pulgar hacia arriba. El me correspondió con el mismo gesto y con un "tchau"...!


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   Nunca volví a ver a Baden Powell con vida.
Unos meses después de su fallecimiento, viajé para Rio de Janeiro, con motivo de poder asistir en el Sambódromo al primer Carnaval del Milenio .

   En mi cuaderno de actividades, estaba el visitar el Cementério de São João Batista (RJ) para llevar flores a Baden Powell.
Una mañana, me acerqué y fui directo hasta la oficina de la Santa Casa que se encuentra en la misma entrada del Cementério.
Pregunté si me podían orientar dónde se encontraba el músico.
Buscaron en los libros y por el nombre no aparecía.
Allí no le conocían y me preguntaron cuando murió.
Al comentarles la fecha de su fallecimiento, me mostraron unos montones de papeles, diciendo que todo ese volumen falta por actualizar, que están muy desfasados con el registro general, y que consecuentemente, no pueden darme esa información.

   Saliendo de la oficina, pregunté por el funcionario más antiguo de la Santa Casa encargado del mantenimiento , y me indicaron dónde podía estar...
Y allí estaba el hombre, sentado a la sombra de un Panteón, con una chaqueta y un pantalón azul añil.
- CA: Buenos días, le quería preguntar si fuera tan amable de decirme si usted sabe donde está enterrado Baden Powell, el músico.
- Sí, está al final de aquel pasillo, en la pared. Yo estaba el día del entierro...
- CA: Puede acompañarme hasta allí...?
- Sí. Vamos..!
- Es usted familiar...? Me preguntó.
- CA: No, sólo un apasionado por su música, que vengo a demostrarle mi cariño con estas flores...
- Grande Baden, decía el anciano mientras caminaba mirando al suelo... / Grande Baden, tocava muito...! Muito mesmo...!
  Es aquí, señalándome una pared con el nº 32. Él está ahí...!


Ttombstone de Baden Powell de Aquino / Febrero 2000

   Cómo si fuera una obligación contraída conmigo mismo, tres años después volví al mismo lugar. Recuerdo que me emocioné leyendo en su lápida un trozo de su Samba da Partida:

Adiós yo voy a partir
Llevaré nostalgias
Mi canto es un canto para la ciudad
Es el retrato de mi juventud
Baden Powell
06-08-1937 / 26-09-2000 

Ttombstone de Baden Powell de Aquino / Agosto 2003

A Bênção Baden Powell, Maestro, creador de una escuela de violão que empieza y acaba en él mismo.
A Benção Baden Powell, músico genial, innovador, carismático y transgresor.
A Benção Baden Powell, descubridor del Afro-Samba.
A Benção Baden Powell, tu violão es el corazón de Brasil.


Así te recuerdo...!



   Querido Baden Powell, en el Blog de Bossa Nova Clube, recordando emocionado aquel momento, quería hoy virtualmente agradecerte una vez más, tu maravillosa y eterna música, tu sencillez y tu amabilidad conmigo. Gracias.